Aunque hay unas acciones más decididas que otras y el escenario es desafiante, hay consenso en que la industria entiende que avanzar hacia un rubro con sello verde es ineludible.
Históricamente, la minería ha funcionado con un modelo lineal de extraer, producir y desechar. Pero eso está cambiando, principalmente ante los crecientes desafíos medioambientales, en una industria que está convencida de que avanzar con sello verde y con acciones concretas tendrá impacto en el futuro.
‘Se ha avanzado una enormidad en todos los ámbitos de la sustentabilidad’, dice Pedro Damjanic, director sponsor del Comité de Sustentabilidad ESG de Aprimin, mientras repasa algunos hitos: ‘Se puso foco en la seguridad de los trabajadores en las faenas mineras, siendo hoy por lejos la industria más segura. Esa base fundacional nos ha dado la potencialidad de operar durante la pandemia y en muchas otras circunstancias de crisis, que han permitido mantener la economía de Chile en esos difíciles momentos.
Luego, y casi en paralelo, se puso el énfasis en medio ambiente, reciclaje y también la legislación avanzó muchísimo. Tanto, que hoy las mineras deben contar con un plan de cierre asegurando que no quedarán pasivos ambientales al final de la operación’.
A Christian Cáceres, gerente general de Minera Valle Central, más que pensar en una minería verde le gusta pensar en una sustentable. ‘Una minería que busca ser eficiente en el uso de los recursos, que se preocupa de minimizar el impacto ambiental, que procura la trazabilidad de los recursos obtenidos y que respeta la comunidad en la que desempeña su actividad’, dice, sobre algo que viene de la mano del uso de tecnología de punta, procesos innovadores y optimización de recursos como el agua.
En este ámbito, Damjanic dice que los mayores avances están en la incorporación de plantas desaladoras. La puesta en marcha hace 15 años de la primera planta de este tipo por parte de BHP en Escondida es ejemplo de ello. ‘Hoy, después de US$ 4.000 millones de inversión y un trabajo focalizado en reducir el consumo de agua a través de mejores recuperaciones, hemos abandonado el uso de aguas continentales para operar exclusivamente con agua desalinizada’, cuenta Sebastián Greco, Head de Servicios Estratégicos de BHP Minerals Americas. Y Spence, la nueva planta concentradora que comenzó a producir a fines de 2020, también utiliza agua proveniente de una planta desaladora.
El avance con las renovables Frente a la descarbonización es donde está el mayor potencial, aun cuando los avances ya son significativos. La gran ventaja es que hoy, 29% de la energía que entra a los diferentes sistemas eléctricos corresponde a Energías Renovables No Convencionales, según cifras oficiales. ‘Esa base no tendría ninguna posibilidad de existir sin la minería’, asevera Damjanic.
Desde su rol al frente de una empresa de generación limpia, María Teresa González, gerenta general de Statkraft Chile, coincide en que, ciertamente, la minería es el futuro de este sector.
‘Muchas empresas están adoptando esta opción en sus procesos, lo que es una gran noticia de cara a un futuro que asegure el bienestar de las futuras generaciones’, sostiene, refiriéndose a los compromisos adquiridos para aumentar su sostenibilidad, donde el uso y aprovechamiento de la energía renovable es crucial.
Por ejemplo, BHP marcó un hito en la industria en 2019 al anunciar la transición al uso de energías renovables a través de nuevos contratos de suministro para satisfacer la demanda futura de sus operaciones en Escondida y Spence. ‘El objetivo es abastecer los requerimientos de ambas operaciones con un 100% de energía proveniente de fuentes renovables a partir de mediados de la década’, puntualiza Greco. Son dos contratos con Enel y con Colbún, los que desplazarán tres millones de toneladas de CO2 por año a partir de 2022. Patricio Cartagena, secretario general de la Cámara Minera de Chile, destaca que en otros casos, específicamente en procesos de mina y plantas, ya se ve la incorporación del concepto de electromovilidad en equipos ‘cada vez más sofisticados’, que además siguen las directrices de la Ley de Eficiencia Eléctrica.
Hidrógeno verde: el futuro
Actualmente la minería del cobre usa electricidad y combustibles fósiles en una proporción de 50 y 50, explica Cáceres, observando un reto y una oportunidad: ‘Si usa energía eléctrica 100% renovable, todavía queda descarbonizar la otra mitad de la energía utilizada. Y es ahí donde el hidrógeno verde puede ayudar, pues no genera emisiones’.
Por eso se perfila como un gran aliado para cumplir las metas y disminuir la huella de carbono. ‘Sin duda tendrá un rol protagónico en las próximas décadas. Hoy es una tecnología en etapa de desarrollo, pero es cuestión de tiempo para que esto cambie. Y puede ser una verdadera revolución desde la mirada sustentable’, advierte González.
El subsecretario de Minería, Edgar Blanco, explica que al ser un combustible que puede producir más energía con menos del 1% de agua que hoy utiliza la minería en sus procesos, ‘podrá reemplazar en un 100% los combustibles fósiles que utilizan los camiones y equipos en la industria’.
Y no solo eso. Cáceres apunta que también puede combinarse o reemplazar gas natural y diésel en calderas y otros usos térmicos, y puede ser una fuente de almacenamiento de energía eléctrica en combinación con baterías y almacenamiento hidráulico.
‘Son hechos concretos y lo vemos y lo internalizamos como algo normal, pero esto es único y no ha pasado en otros países como ha ocurrido aquí’, concluye Damjanic, sobre algo que a sus ojos, todavía no termina de dimensionarse o reconocerse.
Recuadro
15 AÑOS TIENE LA PRIMERA PLANTA DESALADORA INSTALADA EN CHILE.
El aporte de la industria al cumplimiento de los ODS
En un estudio reciente, Accenture concluyó que la pandemia ha tenido un importante impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Martín Tavil, director ejecutivo para la Industria Minera de la firma, cuenta que analizaron cómo 14 industrias pueden ayudar a alcanzarlos más rápido, y la minería es una de ellas. ‘Tiene un importante rol en alcanzar estos objetivos, sobre todo en aspectos como uso del agua, mejorar el mercado laboral y el crecimiento mundial, impulsar el consumo y producción responsable, y disminuir el cambio climático’, señala.
Frente a ello, dice que hay tres acciones clave que la industria debe impulsar para alcanzar los objetivos ONU. En primer lugar, acelerar la transición a modelos circulares. En segundo, que las mineras trabajen mucho más en conjunto con las comunidades en las que operan, para facilitar el acceso equitativo a nuevas oportunidades de empleo. Y en tercer lugar, acelerar la carrera para llegar a la meta de emisiones cero, reduciendo ‘su intensidad de recursos y los costos y riesgos asociados’.