SUSTENTABILIDAD PARA EL RUBRO MINERO

Los que no tengan potencial para nuevos usos serán reprocesados, trasladados a zonas autorizadas o se impulsará su cierre definitivo. En paralelo avanzan en la caracterización de los depósitos y en la creación de un Observatorio Nacional de Relaves.

Según proyecciones de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en 2026 se producirán 915,4 millones de toneladas de relaves, un 74% más respecto de 2014, una señal de alerta que se agrava al tomar en cuenta que de los 740 depósitos que existen el país, el 86% están inactivos o abandonados (sin dueño conocido).

El manejo de relaves es un problema global, principalmente por los desastres medioambientales que se han registrado, como el que ocurrió con la minera Córrego de Feijão en Brumadinho (Brasil) en enero pasado, donde un relave construido aguas arriba colapsó por las lluvias dejando nueve muertos. Chile prohibió los depósitos aguas arriba en 2006 por el riesgo que revisten -más para un país sísmico-, pero aún existen 241 depósitos de este tipo.

Ángela Oblasser, directora ejecutiva del Programa Tranque -iniciativa público-privada para el monitoreo remoto de relaves- explica que estos pueden afectar la calidad del aire por arrastre de material particulado por el viento y alterar la calidad de las aguas naturales circundantes por infraltración. ‘La existencia de relaves abandonados puede significar en algunos casos cambios en el régimen hidrológico y/o hidrogeológico local. Como consecuencia, pueden provocar un impacto sobre la biodiversidad o degradación de ecosistemas terrestres y acuáticos, y significar finalmente un riesgo para la salud de las personas’, afirma.

El problema, detalla Jorge Canals, abogado socio del área Medio Ambiente y Regulación de Moraga y Cía., es que la generación de relaves es consustancial al proceso productivo del cobre, no existe minería sin relaves. Por lo tanto, ‘se requiere exigir estándares a la industria que concedan seguridad a la población que vive cercana a los tranques de relaves, con sistemas de monitoreo confiables y creíbles para la población’, dice.

Con el fin de hacerse cargo de este problema, en septiembre de 2018 el Ministerio de Minería lanzó la Política Nacional de Relaves (PNR) con medidas para abordar tanto los activos como los inactivos y abandonados. Respecto de los relaves activos, el subsecretario de Minería, Pablo Terrazas, señala que el proyecto de monitoreo de relaves del tranque El Mauro, de minera Los Pelambres y liderado por El Programa Tranque, les ha permitido recoger un serie de experiencias y la idea es que todos los relaves sean monitoreados en línea. Afirma que una vez que tengan los resultados de este programa modificarán el D.S. N° 248 para ‘hacer obligatorio el monitoreo de relaves y la industria se tendrá que sumar’.

Hace un par de meses adjudicaron a un consorcio en el que participa el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile la implementación de un programa para capturar imágenes satelitales de relaves y desarrollar una plataforma que pueda procesarlas y analizarlas. ‘Es un piloto que se realizará en el tranque El Mauro, pero la idea es que al final del día podamos monitorear con sensores e imágenes satelitales todos los relaves’, afirma el subsecretario. La PNR también considera la creación de un Observatorio Nacional de Relaves gestionado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) que mirará el comportamiento de todos los relaves, especialmente frente a eventos como terremoto o aluvión. Terrazas adelanta que están trabajando en su conformación, para lo cual están en conversaciones con la Dirección de Presupuesto (Dipres) para incluir su financiamiento en la próxima ley.

Economía circular

Los depósitos inactivos y abandonados (636) se abordarán desde dos perspectivas: la economía circular y la compensación a través del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA). La prioridad, explica el subsecretario, será integrarlos en un modelo de economía circular, donde las alternativas son reprocesarlos con tecnología y recuperar los minerales, o darles un nuevo uso.’La idea es partir por la economía circular para aprovechar la riqueza que todavía hay en ellos, y los que no generen interés económico, pasarán a la línea de acción de compensación vía SEA’. La revalorización de los depósitos implica la creación de un mercado de relaves. La interrogante es si habrán, por una parte, inversionistas interesados en explotarlos y, por otro, industrias que demanden los subproductos. ‘El mercado afuera existe, y por lo tanto, no vemos ninguna razón por la que no pueda existir acá’, dice Terrazas.

Explica que para allanar el camino, están revisando la regulación, ‘para otorgar más flexibilidad y no entender los relaves como un pasivo ambiental, sino como una nueva mina que puede ser explotada. Para que este mercado funcione es muy importante tener una normativa adecuada y publicitar la información que estamos levantando. Esto no se hace de un día para otro’, sostiene.

Jorge Canals señala que la idea de aplicar la economía circular y la innovación a los relaves, regulando el reprocesamiento, implica ‘cambios en la misma Ley 20.551 de cierre de faenas, que incentive el uso de relaves, botaderos, escoriales, ripios de lixiviación, pilas de descarte, entre otros, como materia prima en la producción de material en construcción: cemento, ladrillos, asfalto, etcétera’.

Respecto de la posibilidad de generar un mercado de relaves a futuro, el académico del departamento de Ingeniería de Minería, de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, comenta que si bien hay algunas experiencias internacionales, no son masivas.

‘Hay algunos países que han dado nuevos usos a los relaves, como material para la construcción, como pavimentos, pero hace falta tener regulaciones en el sector de la construcción para que se puedan usar materiales distintos y permitir que esto ocurra’, dice el académico.

Compensación

Los relaves que no puedan ser reprocesados o integrados a modelos de economía circular, serán candidatos para el cierre apropiado –física y químicamente- o trasladarlos a lugares autorizados. Dado el alto costo de estas soluciones, en marzo pasado el Ministerio de Minería y el Servicio Nacional de Evaluación Ambiental (firmaron un acuerdo para que empresas que ingresen nuevos proyectos al sistema puedan compensar emisiones eliminando relaves que ya existen, cerrándolos o trasladándolos a zonas autorizadas.

‘Elaboramos una lista de los 37 relaves que más nos preocupan, ya sea porque están cerca de la población o en áreas ambientalmente sensibles. Lo hablamos con la industria, particularmente con el Consejo Minero y la Sonami, y les pareció una solución ingeniosa’, afirma Terrazas. Para complementar el proceso, en julio de 2019 firmaron un acuerdo con las consultoras Arcadis Chile y WSP para la elaboración de una guía para la compensación de pasivos ambientales a través del SEA.

‘Se trata de un documento técnico para que las empresas sepan cómo tramitar el proceso en el SEA, la que estará publicada durante este semestre’, comenta Terrazas.

Para determinar si un relave tiene potencial para entrar en un modelo de economía circular, elaboraron una ficha para cada uno de los 639 depósitos inactivos y abandonados, a las que se le irá sumando información en forma permanente. Esta caracterización de los relaves permitirá distinguir con mayor facilidad qué hacer con cada depósito, si se reprocesa, se traslada o se usa para otra cosa, por ejemplo, producir ladrillos, explica la autoridad.

‘Estamos trabajando con el programa Alta Ley y Codelco en la elaboración de una guía estándar para caracterizar los relaves para que todos tengan la misma información.

Por ejemplo, para saber si un relave es rentable o no, cuántos sondajes mínimos tengo que hacer a partir de cuántas toneladas, qué nivel de estudio geológico, cuántas muestras, tipo de muestras y cómo hacerlas, entre otros. Todos estos criterios los estamos desarrollando, para determinar qué trabajos tenemos que hacer en cada uno de ellos para tener una buena foto del valor de cada uno de los relaves’, señala.

Hasta el momento, este mapeo se está realizando con recursos del Estado y Codelco, por lo tanto, la idea es trabajar con depósitos de relaves de la cuprífera estatal para levantar los insumos y extrapolarlos el resto de la industria minera.

Ángela Oblasser señala que todas las medidas que se propongan son un avance y una mejora, ‘hay que ser realista’. ‘Estas medidas no resolverán la situación de todos los relaves abandonados e inactivos y se requerirán recursos y medidas complementarios. Como país debemos avanzar en la generación de un marco regulatorio y legislativo, que aborde integralmente la problemática de todos los pasivos ambientales mineros y no solamente de los depósitos de relaves, desde el punto de vista preventivo y correctivo’.